Es por ti que estoy aquí

Y aún cuando nada parecía real,
cuando nada tenía sentido,
cuando mis ojos se nublaban,
cuando el mundo parecía al revés,
y cuando solo tenía ganas de gritar,
él aparecía.
De la nada, como si nada, en un segundo él estaba ahí conmigo. Me abrazaba, secaba mis lágrimas. Y yo volvía a la realidad, todo volvía a cobrar sentido, mis ojos volvían a brillar, el mundo volvía a su curso correcto y las ganas de gritar desaparecían.